Castores que Invaden el Sur de Chile Podrían Llegar hasta la VIII Región

Castores que Invaden el Sur de Chile Podrían Llegar hasta la VIII Región


Llegaron a Tierra del Fuego en 1946. El plan era reproducirlos para vender su piel. Pero sin depredadores naturales, hoy son una plaga que destruye los bosques en Chile y Argentina . Un plan busca su erradicación.

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Los castores americanos llegaron a la Patagonia en 1946. Eran 25 parejas de castor canadensis, roedor del otro extremo del continente, que desembarcaron en el Lago Fagnano, en el lado argentino de la isla grande de Tierra del Fuego. Su llegada era un proyecto de la empresa peletera. Pero lo que parecía una excelente idea de negocios, no consideró los efectos de trasladarlos a un ambiente distinto. Como se reproducen cada 6 meses, no pasó mucho tiempo para que hubiesen fugas al entrono natural y sin la barrera natural de la Cordillera de los Andes, los animales pasaron a territorio chileno. Sin los depredadores naturales que mantienen su población en equilibrio en su lugar de origen y con una flora que no se renueva luego de sus intervenciones como represas, el resultado era esperado: se convirtieron en una especie invasora que arrasa la vegetación de Chile y Argentina. Así, mientras en el siglo pasado el propósito era aumentar su población, hoy se busca erradicarlos. Ya no sólo están en Tierra del Fuego. Viven en pequeñas islas y se encuentran en territorio continental, abarcando un área de 7 millones de hectáreas, con 27 mil km de cursos de agua que podrían verse afectados. Erradicación El biólogo chileno Derek Corcoran, de la Wildlife Conservation Society en Chile (WCS) lleva más de 5 años siguiendo los pasos de los castores y dice que el daño que provocan es irreparable. Cambian los ecosistemas fluviales, matan los árboles y con sus diques afectan la crianza de ganado. “Transforman los bosques en pastizales que incluso 20 años después no se pueden regenerar”, aclara. También arrasan con matorrales y la pampa. Bárbara Saavedra, Directora para Chile de WCS, dice que existe una iniciativa conjunta entre Argentina y Chile para erradicarlos. En 2008 se realizó un estudio de viabilidad que determinó que eliminarlos es posible, aunque complejo. Se requieren tres años para desarrollar las capacidades técnicas y cinco para erradicarlos, dice Saavedra. “El problema de las especies invasoras es que hay que enfrentarlo hoy, ya que afecta el capital natural del país”, agrega. Por eso, en ambos países se están haciendo pilotos. En Chile el plan se iniciará en el Parque Natural Karukinka en Tierra del Fuego, donde desde 2006 se estudia a los castores. “Incluye tomar una cuenca y hacer la erradicación y ver cuáles son los costos que se necesitan, y luego trasladarnos a rangos más grandes. El método sería trampeos humanitarios, que busca evitar el sufrimiento animal según reglamentos internacionales”, dice Corcoran. La otra iniciativa es experimentar en restauración de los lugares que se han limpiado de castores para ver cómo reforestar esas áreas y que el bosque se recupere. Avance al norte Erradicar los castores del sur del país ambién tiene por fin evitar su avance territorial. La bióloga Giorgia Graells estudia la datación de los sitios invadidos por los castores, para determinar las fechas en que ingresaron al continente. “Se creía que llegaron al continente en 1994, a la laguna Parrillar, y luego hay reportes de personas del año 2000.pero estudiando los anillos de los árboles se puede ver que en el río Yumbel ya había ejemplares en 1976 y en el río Blanco, en 1978. Mucho antes que los datos que la Conaf tenía de 1994”, comenta. Los expertos dicen que si ese proceso se mantiene, podría llegar hasta la VIII Región. “A ellos la temperatura no los limita y buscan lugares donde puedan cortar el caudal de los ríos de los cuales abastecerse. La VIII Región es como un límite natural, porque es una zxona más poblada”, dice la experta. A lo anterior se suma que estos mamíferos con hábitos acuáticos tienen la ventaja de adaptarse fácilmente a distintas condiciones ambientales. Se piensa que ellos son animales de bosques, pero no necesitan los árboles, ya que no es su alimento, sino su material de construcción. Las represas las usan en el hemisferio norte para defenderse de depredadores que aquí no tienen”, aclara. “Podrían llegar a latitudes bastante bajas, como la Región del Bio-Bio”, asegura Corcoran. Fuente: La Tercera, 27/05/13 Autora: Paulina Sepúlveda
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